El devastador
sismo
de 8,9 grados en la escala abierta de Richter ha desembocado en un
tsunami que ha golpeado la costa noreste del país y ya ha dejado
centenares de muertos. La ola
gigante ha causado
innumerables daños, engullendo casas, coches y todo lo que ha
encontrado a su paso. Los efectos de este violento seísmo se
extienden más allá de la isla nipona y se han declarado alertas a lo largo del Oceano Pacifico
El
seísmo, seguido de tres réplicas de al menos 7 grados, paralizó
temporalmente el transporte en gran parte de Japón, suspendió el
servicio de tren bala Shinkansen y cerró los dos aeropuertos de
Tokio si bien algunos servicios ya han sido parcialmente
restablecidos.
Además, el terremoto ha desencadenado un
incendio
en
la central
nuclear
de la Compañía de Electricidad
Tohoku, en la ciudad nipona de Onagawa, según ha informado la
agencia de noticias Kiodo. Previamente, esta empresa había dicho que
no había recibido información sobre si había surgido algún
problema en la central a raíz del seísmo.